Alejandrina de la Cruz, Nina, como le dicen en Sabana Yegua Viejo, sabe distinguir muy bien el antes y el ahora de su comunidad, que ahora es conocida como #NatureVillage, la primera colectividad sostenible de República Dominicana: «Es una comunidad que estaba totalmente abandonada, aquí no había de nada, ahora todo el mundo quiere regresar porque está viendo el cambio«.
¿Y cuál fue el cambio que dio para bien?

Laura Rojas es la Directora Ejecutiva de Nature Power Foundation, organización que ha liderado un proceso de alianzas con más de 30 instituciones para hacer realidad la iniciativa Nature Village.
Ella nos cuenta sobre el progreso que ha tenido la zona, gracias al esfuerzo que han liderado:
«Es nuestro proyecto modelo, pues es una intervención integral. Es una comunidad que gracias a la generación del sol ha recibido un recurso tan preciado como la energía.
Antes Sabana Yegua Viejo no tenía agua potable, las viviendas estaban en estado deplorable ya que no contaban ni siquiera con baños y no había fuentes de ingresos para las familias del lugar.
Ahora hay un acueducto comunitario, por primera vez reciben agua potable directamente en sus hogares, ahora las viviendas son sostenibles, hechas de material de plástico reciclado.

Y está el componente de generación de ingresos, que es la Piscifactoría Nueva Esperanza, que es el emprendimiento en esta comunidad liderado por mujeres y por jóvenes, que es una productora de tilapias roja”.
Así que aquí tenemos ya este proyecto prácticamente listo, y muy contentos de que las puertas se han ido abriendo y la comunidad se ha empoderado y ha trabajado para hacer de este gran sueño una realidad transformando la vida de ellos #NatureVillage
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La piscifactoría, un ejemplo de que la comunidad organizada avanza hacia la sostenibilidad
El proyecto surge de un diagnóstico comunitario. Nature Power Foundation trabajó con la comunidad e identificó los desafíos que tenían para desarrollarse. La comunidad está cerca de la presa de Sabana Yegua, y anteriormente habían tenido una experiencia con el tema de la pesca, por lo que identificaron el potencial de desarrollar la pesca como un medio de vida y de generación de ingresos.
En ese proceso la entidad ha contado con la colaboración de CODOPESCA del Ministerio de Agricultura, que les ha ayudado en el proceso de capacitación. De igual forma recibieron acompañamiento del Banco Interamericano de Desarrollo, así como de la Embajada de Alemania y el Programa de Pequeños Subsidios de las Naciones Unidas.

La Piscifactoría Nueva Esperanza es administrada por una cooperativa de servicios múltiples que se llama COOPNUE. Los socios son 23, un representante por familia, aunque la familia entera es incluida en la piscifactoría.
El emprendimiento está organizado para operar en base a las familias. Cada unidad familiar tiene asignado un tiempo para operar los diferentes elementos de la piscifactoría, “y así todos trabajan”. Cuentan con un comité que se encarga de asegurar el acceso al agua, al cuidado de los peces, de igual manera ofrece orientación sobre aspectos organizativos, “es el que informa a la comunidad lo que está pasando y monitorea todo».
En apenas unos meses, ya el emprendimiento social ha logrado 3 ventas, los compradores fueron directamente a la comunidad y llevaron sus equipos para adquirir las tilapias.
«Tenemos pensado crecer, comprar frízer. Tenemos en mente hacerlo más grande«.
Alejandrina de la Cruz.

Para el correcto funcionamiento de la entidad han tenido capacitaciones del IDECOOP y cuentan con apoyo financiero y educativo del programa COOPERA del Banco de Reservas.
Alejandrina ve este emprendimiento como un espacio de crecimiento de la comunidad de la mano con la fundación, con una visión de integración de ambos teniendo como norte la sostenibilidad de cualquier proyecto conjunto:
«Usted llega a la comunidad y la comunidad tiene que trabajar, porque la comunidad valora el esfuerzo y no va a dejarlo todo tirado, porque si a mí me dan algo y yo no tengo ningún esfuerzo, lo tiré, pero si yo lo trabajé yo lo voy a cuidar«.
Laura Rojas nos cuenta que esta experiencia demuestra que vale la pena trabajar juntos para lograr cambios: «Ver el resultado, ver una comunidad empoderada, feliz, orgullosa de lo que han logrado, pienso que todo está pago y que vale la pena seguir trabajando, seguir esforzándose, seguir yendo a otras comunidades que también se han quedado muy atrás y que merecen estas oportunidades«.

Aquí debajo puedes ver la conversación entre Laura Rojas, Alejandrina de la Cruz y Tony Arias Gil en el marco de la entrevista principal del programa Conexión RSE del miércoles 29 de septiembre del 2021:
Saludos Señores Conexiones RSE
Me interesa conocer más de estas viviendas hachas con producción del plástico, cuál empresa en el país es qué se encarga de armar una casa de plástico. ¿Cómo es su conexión de agua y electricidad?
Está súper mega sostenible.
Atenta a su con, quedó a la orden.
Ing. Leandra Ruiz Germán
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Reblogueó esto en Tony Arias Gil.
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